lunes, 23 de febrero de 2015

Errores

Cuando no acepto mis errores,
y a ellos más me resisto,
más grandes se hacen,
y más persisten en mí mismo.

Por el error, siento fracaso.
Por el fracaso, siento culpa.
Por la culpa, siento dolor.
Por el dolor, siento frustración.

Y llamo entonces al castigo, 
al mío o del prójimo a quien responsabilizo,
pues es el canal para liberar la rabia y la ira 
y limpiar aquello por lo que he sufrido.

Pero... ¿me redimo de verdad?
Pero... ¿me limpio de verdad?

Solo sufro más, y hago sufrir más,
perpetúo un ciclo de rabias y castigos,
no logro cambiar, me quedo estancado,
entre sentimientos de culpa y de fracaso.

Sin embargo...

Cuando acepto mis errores,
y me permito asumirlos,
más pequeños se hacen,
y más cambios se dan en mi mismo.

Pues no hay fracasos, solo fallos,
y los fallos, pueden ser corregidos,
y si escucho oigo una llamada de auxilio,
de alguien que pide la oportunidad de ser redimido.

Y esa voz es tan poderosa,
es una fuerza que viene del interior,
me libra del peso de la culpa y la rabia,
me alza y me mueve con la fuerza del amor.

Pues al levantarme y elegir otro camino,
sin otra intención que corregir lo sucedido,
dejo de ser sumiso y de ser agresivo,
para dar amor, y dármelo también a mi mismo.



miércoles, 4 de febrero de 2015

¿Cuántos años tenías?

Hace tiempo, mucho tiempo atrás,
cuando no eras más que un niño...

Te han insultado, y se han mofado de tí
Te han golpeado, y se han cebado en tí
Te han traicionado, y te han culpado a tí
¿y cuántos años tenías?

Han exigido de ti, que fueras cada día más
Han restado valor a tus logros, para que dieras siempre más,
Han menospreciado tus capacidades, para que te esforzaras siempre más,
¿y cuántos años tenías?

Se te criticó tu debilidad, en lugar de enseñarte a cultivar tu fuerza
Se te intentó inculcar, en lugar de enseñarte a encontrar tus propias respuestas
Se te sobreprotegió, en lugar de enseñarte a abrir y cerrar puertas
¿y cuántos años tenías?

Y durante toda tu vida, ¿que has hecho con ese niño?

Le has insultado, y te has mofado de él
Le has golpeado, y te has cebado en él,
Le has traicionado, y le has culpado a el.
Pero ese niño, ¿no sabes cuántos años tenía?

Le has exigido, que fuera siempre más
Le has restado valor a sus logros, porque podría haber dado más
Le has menospreciado, porque podría haberse esforzado más
Pero ese niño, ¿no sabes cuántos años tenía?

Les has llamado débil y cobarde
Le has llamado estúpido e ignorante
Les has llamado vago y de ímpetu carente
Pero ese niño, ¿no sabes cuántos años tenía?

Y aún así...
has seguido esforzándote,
has seguido buscando tus propias respuestas,
has seguido buscando a ese alguien,
has seguido llorando en silencio, 
el corazón marchito, latiendo apenas en el pecho,
y un niño en ti, ahogado por tu resentimiento,
y ese niño, ¿no sabes cuántos años tenía?

Y ahora, que alguien ha llegado a tu vida,
y ahora, que se te ha mostrado la dulzura y la empatía,
y ahora, que te deshaces con su sola mirada y sonrisa,
¿puedes ver cuántos años tenías?

Ahora que ves como ella sonríe a los suyos,
Ahora que ves como ella juega con sus sobrinos,
Ahora que ves como ella ama así a todos los niños,
Ahora, mira atrás y dime, si eres capaz,
¿puedes ver cuántos años tenías?

Ahora lo se.

Ahora le veo,
¿cuando tiempo llevaba allí escondido?
Ahora le escucho,
¿como pude estar sordo a sus gemidos?

Le animo, ¿cómo podría criticarlo?
Le abrazo, ¿como iba a poder golpearlo?
Le quiero, ¿porque iba yo a odiarlo?

Y le enseño: yo soy en quien te has convertido
y le susurro: todo lo malo ya ha desaparecido
y le prometo: no volverás a resultar herido

Le tiendo mi mano, fuerte y cuidadosa,
Le ofrezco mi mirada, cálida y orgullosa,
Le dedico mi sonrisa, alegre y bondadosa.

Y él, él me sonríe, y llora de alegría,
y él, el me abraza, su risa es una melodía,
y él, el me mira, su mirada es pura y cristalina.

¿Sabes ahora cuántos años tenías?

Tan solo eras un niño asustado,
que lo único que necesitabas,
era a alguien que te amara,
y que estuviera a tu lado,

Y ese alguien, soy yo.