
"Hola, amigo Búho", le saludó Sapo. "¿Que te trae a la charca?"
"Hola, amigo Sapo", le devolvió el saludo Búho. "Verás, estoy triste y desconsolado, y necesito de tu consejo".
Sapo croó de sorpresa. "Normalmente son los animales del bosque los que acuden a ti en busca de consejo, mi sabio amigo".
"Es verdad, pero tengo un problema que no se resolver y nadie parece poder aconsejarme."
"Está bien, amigo Búho. Cuéntame lo sucedido y veré como puedo ayudarte", croó Sapo.
Búho empezó a ulular, pero en lugar de hablar de su problema empezó por hablar de como había tratado de solucionarlo.
"Verás Sapo. Acudí primero a Ardilla, pero hablaba tan deprisa que era incapaz de entenderla".
"Ajá", asintió Sapo.
"Luego acudí a Oso, pero solo hablaba de salmones y dormir en invierno".
"Ya veo", asintió Sapo.
"Acudí también a Ciervo, pero se enfadó conmigo al ver que no tengo cuernos con los que batirme en duelo".
"Propio de Ciervo, si", asintió Sapo.
"Acudí también a Mono, pero todo lo que hizo fué burlarse de la situación y hacerme sentir como un estúpido".
Sapo se preguntó que locura debió llevar a Búho a pedirle consejo a Mono, pero no dijo nada y croó en gesto de asentimiento.
"Acudí a ver a Zorro, pero sus métodos no me parecieron los más adecuados".
"No para ti, si", asintió Sapo.
"Al final acudí a Serpiente, pero su fría y calculada lógica me pareció de lo más irreal".
"Ya veo", asintió Sapo.
"He ayudado a todos esos animales, amigo Sapo. He sido justo con ellos, no les he criticado, ni les he juzgado, les he expuesto siempre varios puntos de vista y siempre les he aconsejado en función de sus capacidades. Nunca he pretendido que fueran nadie más que si mismos, ¿y ahora ellos no son capaces de darme lo mismo a cambio? Me siento triste, amigo Sapo, triste y enfadado con todos ellos."
"¡Ah!, pero mi buen Búho, el problema no son ellos, ni en ellos reside la solución", croó Sapo, entendiendo al fin la situación.
"¿Y cual es entonces la solución, amigo Sapo?"
"Si quieres que te traten como tu tratas a los demás, ¿porque has ido a ver a Ardilla, a Oso o a Ciervo? ¿Porque has ido a ver a Mono, a Zorro y Serpiente? ¿Por que has venido a verme a mi?"
Sapo hizo una pausa, esperando una respuesta de Búho que nunca llegó.
"¿Por que has ido a vernos a todos nosotros cuando lo que tu quieres de verdad es el consejo de otro búho?".
Búho se quedó en silencio y comprendió, y antes de que ese momento de comprensión de desvaneciera dio las gracias a Sapo, se despidió de él y se fue a ver a la Anciana Lechuza.
Yo de tu relato, aparte de que es más cómodo pedir ayuda de alguien parecido a ti, es que buho estaría más tranquilo si se escuchara a si mismo y escuchara sus porpios consejos, no de los demás. Y me ha gustado!
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